domingo, 18 de septiembre de 2011

EJERCICIOS ORQUESTA

Les dejo una serie de ejercicios para abordar de manera económica y correcta los desafíos técnicos de las obras que estamos viendo en Orquesta.


Estos ejercicios son aplicables a las obras y también funcionan como estudio técnico personal, por lo cual son bastante económicos al ocupar la misma cantidad de horas de práctica en el estudio de partituras y el estudio técnico.


Antes de comenzar hay que tener presente un par de cosas importantes:


1.- El estudio debe comenzarse lento y con metrónomo, subiendo en forma gradual el tempo, siempre y cuando la ejecución sea perfecta en cada tempo.


2.- Nunca, pero nunca practicar los errores, si no es un estudio consciente, los errores van a permanecer en nuestro cerebro, lo cual es mucho más complicado de quitar.


EJERCICIO 1


- Tomar un pasaje exigente y rápido, por ejemplo los pasajes de cuartinas de semicorcheas de Haydn y practicar los siguientes ejercicios:


a).- Al centro del arco y a la cuerda, tempo lento y subiendo gradualmente, reemplazar las figuraciones de semicorchea por: Saltillos, saltillos inversos, tresillos, mismas variaciones ligadas de a dos, de a tres y de a cuatro. Si se practican lento estos ejercicios el cerebro comprenderá en una hora lo que en un estudio rápido e inconsciente hubiese tardado un mes.


b).- El mismo esquema de a) pero esta vez variando la posición del arco, dividido en cuatro partes iguales, tocar los ejercicios en el centro de equilibrio (entre las dos partes centrales), a la punta y al talón.


c).- El mismo esquema de b) pero esta vez separando las cuartinas (o el grupo de figuras correspondiente al pasaje) y variar entre talón, centro y punta por cada grupo de figuras. Ej, primera cuartina en punta, segunda en centro y tercera en talón. Estudiar esto entendiendo el cambio de timbre y sonoridad de cada posición de arco.


d).- Todo lo anterior variando golpes de arcos, detaché, staccatto y spiccatto. 


NO CAMBIAR DE EJERCICIO SI EL EJERCICIO a) NO HA SIDO EJECUTADO CORRECTAMENTE.


Este primer ejercicio ayuda a insertar correctamente la información técnica en el cerebro, un estudio rápido e inconsciente sólo se mantiene un tiempo corto en la mente y se destruye fácilmente con cualquier variación que se le aplique (por ejemplo si un director les pide un cambio de arco o ligar pasajes). 


EJERCICIO 2


Este es más fácil y complementa el estudio personal, economizando tiempo, pues funciona igual que un método, el cual no es más que variaciones de escalas.


Tomar un pasaje en el que se presenten intervalos de cualquier índole y armar sobre ese pasaje una escala completa ascendente y descendente. Si se tiene tiempo, transponer la escala a todos los tonos posibles.




SI SE ESTUDIAN ESTOS EJERCICIOS DE MANERA CORRECTA, INVIRTIENDO UN PAR DE HORAS, SE PUEDE LLEGAR A AVANZAR DE MANERA MÁS SEGURA Y RÁPIDA QUE ESTUDIAR DE OTRAS FORMAS EN LAS QUE NO SE COMPRENDE NI IMPREGNA CORRECTAMENTE LOS MOVIMIENTOS MUSCULARES NI LAS IDEAS MUSICALES. 





lunes, 5 de septiembre de 2011

Epifanía sobre la praxis musical

Cual manzana de Newton a veces llegamos a conclusiones y analogías en los momentos más inéditos. Aquellos momentos de actividades repetitivas, del "quehacer" diario o de la caminata nocturna. Resulta que precisamente en una de esas caminatas por la ciudad, bajo el continuo e hipnótico sonido de los autos al pasar (el loop del efecto doppler) comencé a preguntarme acerca del proceso que conlleva la práctica musical, desde que tomas tu instrumento y das el primer vistazo a la partitura, hasta que te sientes capaz y libre de interpretar la obra. De qué manera llegamos a interpretar y no reproducir.

De la nada vino a mi mente una analogía que me parece interesante de plantear. Recordé los conocidos Mándalas  budistas (y también hinduistas), aquellas representaciones o diagramas hechos en arena, los cuales muestran una visión del micro y macrocosmos.


Lo interesante de esto es precisamente el proceso del diseño de un Mándala, la complejidad que éste representa conlleva una precisión y cuidado increíbles al momento de su realización. Este proceso obviamente supone una relajación y una fragmentación de los procesos cerebrales en el cual se puede reflexionar acerca de, bueno, todo. 

Luego del proceso de diseño (grano a grano coloreado), una vez terminado, los monjes tienen la costumbre de destruir la imagen hecha de arena y así identificarse con la idea del desapego, ampliamente descrita por su filosofía. Lo que llama a la analogía es precisamente ese momento final, donde se abandona lo realizado, la construcción, el diseño, el trabajo y se reciben los frutos de la experiencia, el verdadero sentido de lo que les tomó días formar.

En la música sucede algo muy parecido, nuestro trabajo radica en ser extremadamente meticulosos en la práctica, quirúrgicos, dedicados y conscientes. El viaje, dentro de la práctica musical, desde el punto A hasta el punto B es variable, depende de nuestras posibilidades y maneras de realizar aquel proceso, pero siempre llegamos a un mismo punto, donde finalmente todos aquellos elementos que formaron parte de este viaje han sido concretados y estamos listos para abandonar ese proceso y quedarnos con la experiencia. El viaje nunca saldrá de nuestros cerebros, pero es nuestra disposición la que en este momento cambia, estamos libres de ser realmente creativos cuando ya tenemos las herramientas para concretar cualquier sueño, idea, proposición que tengamos. Lo más importante de todo es que, luego de completar el arduo proceso de ser técnicamente coherentes con lo que nos propusimos al comenzar y  finalmente desapegarnos  del proceso y del "resultado" (repito, porque éste permanece de una u otra forma intrínseco a uno) nos encontramos con que hemos adquirido un millón de puntos de vista distintos acerca de la obra o de la idea; pensar "fuera de la caja".

Por ello es que estos dos procesos (sin olvidar que ambos son procesos creativos y artísticos) tienen eso en común, lo que se expresa finalmente en la música es el espíritu de todos los procesos técnicos, mentales y vivenciales que formaron parte de la obra, por ello nos volvemos incapaces de ser creativos y especialmente comunicativos al interpretar cuando no hemos hecho el trabajo que precede a ello, nuestro propio y complejo diseño de arena, nuestro propio Mándala.